Pasa con frecuencia que muchos niños al comenzar la escuela se siente mal de salud.
Por ahí hemos escuchado la famosa frase de los padres diciendo: está enfermo porque hoy es lunes!
Y los niños responden: Papá me duele la barriga es enserio!!...Y es que muchos niños llegan a somatizar el estrés que sienten antes de ir a la escuela.
Hace mucho tiempo yo era una de esas niñas, el sábado era alegría, el domingo depresión y el lunes dolor de cabeza, fiebre o dolor de estomago y por mi parte estas eran algunas de las razones más importantes:
1. Estaba cansada y aburrida de la formación, siempre me preguntaba: ¿Para qué tengo que formar? Y es que estar parada durante un buen tiempo, a comienzos de año, con calor entre el alto y descanso más el himno del colegio y las palabras del director sí que era una pasada.
2. Levantarme en la clase era solo una idea, pero mi cuerpo constantemente se estaba moviendo, si no era golpeando el pie con la carpeta, moviendo el lápiz con la mano o hablando con mi amiguita del costado, supongo que para mí era una especie de descargue de energía corporal que me permitía seguir en la clase.
3. Levantarme temprano, tomar la leche y salir corriendo a la escuela eran cosa de todos los días, creo que eso también me producía dolor de barriga.
4. Tenía el gran dilema de escuchar a la profesora, escribir en el cuaderno y continuar creando amigos imaginarios en mi mente, siempre estaba en otra.
5. No saber la respuesta a alguna pregunta de la profesora, era más que vergüenza pública.
6. La revisión de cuadernos, tareas, dictado, la profesora poniéndome una anotación en la agenda; era cosa difícil.
Díganme por favor si a alguno de ustedes esto le suena similar, a puesto a que todos los que al menos una vez sintieron dolor de barriga antes de ir a la escuela se sienten identificados ahora con estos 6 motivos principales, para mí, de estrés pre escolar.
Porque algo que debería ser divertido se convierte en una obligación.
Pasa que muchos chicos optan por dos formas claras de ocultar su desacuerdo, el primero al sentirse desubicados en su espacio demuestran su miedo y convierten su temor a no saber la respuesta en introversión y posteriormente en incapacidad para dar ideas que podrían ser muy buenas.
El segundo demuestra rebeldía porque esta más de moda ser un chico malcriado que ser el que no sabe, convierte su temor en indiferencia y posteriormente en altanería y poca capacidad de trabajo en equipo.
Creo que hoy los chicos tienen miedo de no saber las respuestas no porque no las sepan realmente sino porque no les interesa aprenderlas en la dimensión en la que deberían, no porque no estudien sino porque para ellos lo que estudian continúa siendo aburrido.
¿Hay forma de evitar esta sensación? Si que la hay y creo que primero tenemos que dejar de decir que no hay forma de evitar ir a la escuela porque es un bien, aunque siga siendo un bien complejo y hasta en algunos casos doloroso, no necesitamos evitar necesitamos afrontar pero más que eso necesitamos demostrar; claro que sí, tenemos que demostrar que queremos color, queremos vida en el aula, aire, descubrimiento, oficios, experimentación, agradecimiento, risas, creatividad, magia. Queremos todo lo bueno para que nuestros niños se sientan como en casa.
Muchos padres me preguntan: ¿Qué puedo hacer para que mi hijo vaya a la escuela feliz, sin hacer líos por la mañana?
A lo que yo respondo: Empezamos por no alterarlos al despertarlos, él no es el que se queda sin tiempo, eres tú. Los primeros minutos de la mañana definen el estado de ánimo de casi todo el día por eso es importante despertarlos con amor.
Estoy convencida que en la niñez las experiencias forman parte del aprendizaje que más se recuerda en la adultez y precisamente por ello es importante no criticar, más si aconsejar, dejar que ellos vivan su experiencia acompañándolos con un consejo siempre sabio.